Migración de Árabes Cristianos a Centroamérica
A finales del siglo XIX y principios del siglo XX, miles de inmigrantes provenientes del Levante —principalmente de lo que hoy son Israel, Palestina, Líbano y Jordania— emigraron hacia Centroamérica, estableciéndose mayoritariamente en Guatemala, Honduras, El Salvador y Nicaragua. Esta ola migratoria fue motivada por la huida del control del Imperio Otomano, que dominaba esos territorios desde el siglo XVI.

Muchos de estos inmigrantes llegaron con pasaporte del Imperio Otomano, por lo que en sus países de destino fueron conocidos popularmente como “turcos”. Sin embargo, en realidad eran en su mayoría árabes cristianos, pertenecientes a la Iglesia Ortodoxa de Antioquía y otras ramas del cristianismo oriental.
Durante el dominio otomano, era obligatorio que todos los hombres mayores de 15 años ingresaran al ejército. Para evitar que sus hijos fueran reclutados, muchas familias no registraban formalmente a los varones hasta varios años después de su nacimiento, usando en cambio registros eclesiásticos. Aun así, cuando se acercaba la edad de alistamiento, muchos padres optaron por enviar a sus hijos al extranjero, generalmente acompañados de tíos o primos, para protegerlos del servicio militar. Así comenzó la llegada de numerosos jóvenes a Centroamérica.
Una vez establecidos, estos inmigrantes mantuvieron una fuerte cohesión comunitaria. La mayoría se casaba dentro de la comunidad árabe, conservando sus raíces culturales a través de la comida, las celebraciones y el idioma, aunque también adoptaron con rapidez muchas costumbres de sus países de acogida. Su fe cristiana facilitó una integración armónica con la Iglesia Católica Apostólica Romana, mayoritaria en Centroamérica.
Algunos conservaron durante una o dos generaciones tradiciones árabes como incluir el nombre del padre como segundo nombre de los hijos e hijas, aunque esta práctica se fue perdiendo con el tiempo.
Como es común en muchas comunidades migrantes, los primeros llegados tenían pocos recursos económicos o educativos. Sin embargo, en pocas décadas muchos prosperaron en el comercio y la industria. Hoy en día, los descendientes de esta diáspora ocupan posiciones clave en la economía y la política centroamericana. Algunos incluso han llegado a la presidencia, como Carlos Roberto Flores Facussé en Honduras o Antonio Saca en El Salvador.
Fuera de la región, el árabe más reconocido de América Latina es Carlos Slim, magnate mexicano descendiente de inmigrantes libaneses, considerado uno de los hombres más ricos del mundo.
Apellidos Árabes Palestinos en Nicaragua
Muchos apellidos árabes tienen origen patronímico, es decir, derivan del nombre del padre. Otros son toponímicos, relacionados con la ciudad, pueblo u oasis de donde provienen las familias. En la tradición árabe, se utilizan partículas como “Bin”, “Ibn” o “Ben” para indicar filiación, equivalente al uso del sufijo “-ez” en español (como en Álvarez, Rodríguez o Domínguez), que significa “hijo de”.
Apellidos como Benavides, Benavente o Bengoechea, comunes en España y América, tienen raíces árabes o moriscas, y llegaron a América ya plenamente integrados a la cultura hispana tras siglos de presencia musulmana en la península ibérica. Por lo tanto, no los incluimos en este estudio sobre inmigración árabe reciente a Nicaragua, ya que pertenecen a otra etapa histórica (siglos XV al XVIII).
Entre los apellidos árabes palestinos más comunes en Nicaragua se encuentran:
Abad | Facussé | Ode |
Abdalah | Farach (Farah) | Omar |
Abed (Habed) | Frech | Saca |
Abohasen | Gadalamaría * | Salomón |
Abud | Haddad | Salti |
Aquel | Handal | Silwany |
Ayub | Hanon | Simán |
Bandes | Hasbani | Wagüi |
Canahuati | Hasbun | Zablah |
Catín | Kaffatty | Zacarías |
Daboub | Mahomar | Zarruk |
Del Carmen | Manfut (Mahfooz) | Zogaib |
Dipp | Marcos | Bendix |
Eslaquit | Nasser |
Nombres comunes en comunidad Árabe
Los primeros inmigrantes árabes a Nicaragua trajeron consigo nombres tradicionales profundamente ligados a su religión, historia y cultura. Siendo en su mayoría cristianos palestinos ortodoxos o melquitas, su identidad religiosa compartía raíces con el judaísmo y el islam, lo que se refleja en la elección de nombres provenientes principalmente del Antiguo Testamento, el Nuevo Testamento y la tradición cultural árabe.
1. Nombres del Antiguo Testamento
Estos nombres reflejan la conexión con las raíces abrahámicas:
- Abraham: Patriarca del pueblo judío e islámico. (Génesis 20)
- Isaac: Hijo de Abraham y Sara. (Génesis 21:1-3)
- Jacobo: Hijo de Isaac, renombrado Israel. (Génesis 25; Éxodo 1:1-4)
- Moisés: Libertador del pueblo de Israel. (Éxodo 2:1-10)
- Elías: Profeta que enfrentó al rey Acab. (1 Reyes 17–19)
- David: Rey de Israel, símbolo de fe y justicia.
- Salomón: Hijo de David, famoso por su sabiduría. (2 Samuel 12:24)
- Isaías: Profeta mayor. (Libro de Isaías, 738 a.C.)
2. Nombres del Nuevo Testamento
- José: Padre adoptivo de Jesús; apodos: Chepe, Pepe.
- María: Madre de Jesús, venerada también por el islam.
- Mireya: De raíz árabe, significa “milagro”.
- Myriam: Versión hebrea de María, hermana de Moisés.
- Martha: Hermana de María de Betania.
- Ana: Madre de la Virgen María; variantes: Hanna, Anne, Anna.
3. Nombres de origen árabe (traducción o significado)
- Abdallah / Abdul: Siervo de Dios.
- Ali: Alto, noble, campeón.
- Amin: Confiable, digno de fe.
- Camilo: Ministro o mensajero de Dios.
- Faisal / Faizel: Decisivo.
- Farideh: Única, sin igual.
- Faruk / Farohuk: Capaz de distinguir entre lo correcto y lo incorrecto.
- Fuad / Fouad: Corazón, espíritu.
- Jalil: Magnífico, amigo cercano.
- Karim: Generoso, noble.
- Nahima: Plena, satisfecha.
- Naguib: De noble linaje.
- Nasser: Victorioso.
- Omar: Elocuente, de larga vida.
- Sofía: Sabiduría (griego), también traducido del egipcio “sbA”.
- Sucri / Sucre: Agradecimiento.
- Selim / Celim: Puro, íntegro.
- Soraya: Las Pléyades (constelación).
- Yamila: Hermosa.
- Yireh: Proveedor, abundancia (Jehová Yireh).
- Zaira: Luminosa, flor que florece.
- Zamir: Mente, pensamiento.
Asimilación cultural
Con el paso del tiempo, las nuevas generaciones palestinas en Nicaragua adoptaron nombres latinos comunes, con pocas excepciones que conservaron nombres tradicionales (como Jacobo, Elías o Sucre). Esta tendencia reflejó una integración paulatina a la cultura local, sin abandonar del todo sus raíces.
Caso especial: Gadalamaría
El apellido Gadalamaría tiene origen en Belén, Palestina, donde una familia de apellido María emigró primero a El Salvador y luego a Nicaragua. El padre se llamaba Gadala, y como no era común tener “María” como apellido, la gente comenzó a referirse a ellos como los Gadalamaría. Con el tiempo, el nombre se fusionó y quedó como un apellido compuesto transmitido a sus descendientes.
Apellidos Árabes Islámicos
Migración Islámica a Nicaragua
La migración árabe islámica a Nicaragua tiene raíces distintas a la migración palestina de mayoría cristiana. El Islam es una de las tres grandes religiones abrahámicas, junto con el Judaísmo y el Cristianismo, todas ellas con un origen común en la figura del patriarca Abraham. Según el Corán, el linaje islámico se remonta a Ismael, hijo de Abraham con Agar, su sierva egipcia.
Aunque Abraham habría vivido hacia el 2000 a.C., el Islam como religión se establece siglos más tarde, en el año 610 d.C., cuando el profeta Mahoma comienza a predicar en La Meca. Durante siglos, en varias regiones del Medio Oriente, musulmanes, cristianos y judíos convivieron en relativa armonía. Esta convivencia se deterioró hacia finales del siglo XX, por razones políticas complejas que no son el foco de este estudio genealógico.
En Nicaragua, se ha identificado la llegada de al menos una familia de origen islámico a inicios del siglo XX: la familia Abdalah, establecida en Masaya. Con el tiempo, sus descendientes adoptaron la fe católica, influenciados por su entorno nicaragüense.
Para 1979 existía una pequeña comunidad judía con sinagoga en Managua, pero no se tiene registro de mezquitas. Al llegar al poder el Frente Sandinista, y alinearse con países del bloque árabe islámico como Irán, Libia, Argelia y Siria, la sinagoga cerró sus puertas.
Durante los años 80, llegaron al país temporalmente algunas familias árabes islámicas vinculadas a la cooperación internacional con el gobierno revolucionario. Sin embargo, no se ha documentado su integración formal en el árbol genealógico de la Academia de la Diáspora Nica, debido a la ausencia de matrimonios con nicaragüenses.
Con el cambio de gobierno en 1990, esta migración se detuvo. Sin embargo, a partir de 2007, con el regreso del Frente Sandinista al poder, Nicaragua reanudó relaciones diplomáticas y comerciales con varios países islámicos, lo que ha facilitado nuevamente el ingreso de ciudadanos árabes de fe islámica al país.
Apellidos de Origen Árabe Islámico
El apellido Abdalah es uno de los más antiguos en Nicaragua entre las familias de origen islámico, documentado desde principios del siglo XX. A finales del siglo XX, se registra el apellido Khatib, de origen también islámico. La familia Khatib ha sido reconocida en la industria textil y comercial del país, pero no tienen lazos familiares con los Abdalah ni con otros migrantes árabes cristianos.
Debido a las normas del árbol genealógico de Diáspora Nica, que exige un vínculo matrimonial con personas nicaragüenses para ser incluidos, la familia Khatib aún no forma parte de dicho registro. Su incorporación ocurrirá una vez que se documente una unión familiar con ciudadanos nicaragüenses.
Nombres Comunes de Origen Árabe Islámico
Entre los nombres árabes islámicos más comunes destacan:
- Alí: Alto, noble, sublime.
- Abdalah: Siervo de Alá.
- Abdul: Variante de “Abd”, también significa siervo de Dios.
- Mohamed: El elogiado, nombre del profeta del Islam.
- Isa / Issa: Nombre árabe para Jesús.
- Ismael: Hijo de Abraham y Agar, figura clave en el Islam.
- Amina: Mujer fiel, madre del profeta Mahoma.
Influencia Árabe en España
En el año 711 d.C., el general musulmán Táriq Ibn Ziyad cruzó el estrecho de Gibraltar y conquistó gran parte del sur de España, estableciendo el dominio árabe en la península ibérica por casi ocho siglos. Esta región fue llamada Al-Ándalus.
Durante gran parte de este periodo, los árabes permitieron la convivencia de cristianos y judíos bajo su dominio, lo que facilitó un florecimiento cultural y científico sin precedentes. Introdujeron los números arábigos (1, 2, 3…), el concepto del cero (0), y avances en matemáticas, medicina y astronomía. También fundaron grandes bibliotecas, como la de Córdoba, considerada una de las mayores del mundo en su tiempo.
La herencia árabe en España es visible aún hoy, desde la arquitectura hasta la gastronomía. Platos como las albóndigas, el arroz con leche y los alfajores tienen raíces en la cocina árabe.
Los nombres árabes tradicionales incluían:
- Ism ‘Alam: el nombre personal.
- Nasab o Ibn: “hijo de”.
- Banu o Bani: usado para identificar linajes o tribus.
En 1492, con la caída de Granada, el último reino árabe en la península, España se volvió oficialmente cristiana. Entre 1501 y 1567 se ordenó la conversión obligatoria de los musulmanes (mudéjares) al cristianismo o el exilio, junto con severas restricciones culturales y religiosas.
Apellidos y Palabras de Origen Árabe
La presencia árabe en la península ibérica durante casi ocho siglos dejó una huella profunda en la cultura, el idioma y los apellidos españoles. Muchos de estos apellidos y palabras llegaron a América Latina durante la colonización, y hoy forman parte del lenguaje y la identidad de países como Nicaragua.
Apellidos de Origen Árabe
Muchos apellidos que hoy se consideran españoles tienen raíces árabes. A menudo provienen de nombres de lugares, oficios o características geográficas. Aquí algunos ejemplos:
- Alcalá – Del árabe al-qal’a, que significa “la fortaleza” o “el castillo”.
- Alcántara – De al-Qanṭarah, “el puente”.
- Alcázar – De al-qaṣr, “el castillo” o “el palacio”.
- Alfaro – De al-farus, posiblemente relacionado con “el faro” o “el caballero”.
- Almagro – De al-maġra, “tierra roja”.
- Almodóvar – De al-mudawwar, “el redondo” (usualmente referido a una fortaleza circular).
- Barrios – Aunque común en español, puede tener raíces árabes en barrī, “extramuros” o “fuera de la ciudad”.
- Borja – Relacionado con “torre” o “castillo” (probablemente de origen árabe o mozárabe).
- Jara / De la Jara – De sharā, “matorral” o “lugar de vegetación”.
- Madrid – Posiblemente de Mayrit, del árabe mayra (agua) + sufijo romance -it, “lugar de agua”.
- Medina – De madīna, “ciudad”.
- Naranjo – De nāranj, “naranja”.
- Monzón – Del árabe mawsim, “temporada de vientos” (por influencia india).
- Rincón – De rukkān, “esquina” o “pequeño espacio apartado”.
- Zamora – Posiblemente de azemur, “olivar silvestre”; también vinculada a la palabra esmeralda.
Palabras del Español Derivadas del Árabe
El español heredó más de 4,000 palabras del árabe, muchas de uso cotidiano. Estas palabras reflejan la influencia de la cultura árabe en ciencia, arquitectura, comercio, gastronomía y vida diaria.
Algunas palabras comunes de origen árabe:
Jaque mate – De shāh māta, “el rey está muerto”.
Alguacil – al-wazīr, “ministro” o “oficial de justicia”.
Cid – De sīd, “señor” o “jefe”.
Almohada – miẖaddah, “cojín para la cabeza”.
Almuerzo – De al-muwārid, relacionado con “comida a media mañana”.
Alcaparra, Albahaca, Alcachofa – Nombres de plantas y alimentos.
Albañil – bannā’, “constructor”.
Alcantarilla – al-qanṭarah, “puente pequeño” o “canal”.
Álgebra – al-jabr, “reunión de partes rotas” (rama matemática).
Algodón – al-qutn, “algodón”.
Alberca – al-birka, “depósito de agua”.
Aldea – al-day’a, “pueblo pequeño”.
Almeja – Origen incierto, posiblemente derivado del árabe.
Alcohol – al-kuḥl, “sustancia fina o destilada”.
Ajedrez – De ash-shatranj, derivado del persa chatrang.
Asesino – De hashshashin, nombre de una secta ismaelita.
Almacén – al-makhzan, “depósito”.
Ahorro – De hurr, “libre”; luego ahorrar significó liberar de gasto.
Alfombra – al-ḥunfara, “tapiz”.
Albacea – al-wāṣī, “testamentario”.
Ojalá – De in shā’ Allāh, “si Dios quiere”.
Usted – Evolución de vuestra merced, con influencia árabe indirecta por la formalidad.
Azúcar – as-sukkar, “azúcar”.
Aceite – az-zayt, “aceite de oliva”.
Fulano – De fulān, “persona cualquiera”.
Jarra – jarrah, “recipiente”.
Este artículo fue elaborado por el genealogista Gabriel Solórzano, Presidente de la Asociación de Genealogía de la Diáspora Nicaragüense, como parte del esfuerzo por rescatar y difundir la historia familiar de los nicaragüenses dentro y fuera del país. Si te interesa conocer más sobre las raíces de apellidos nicaragüenses, linajes históricos, y conexiones inesperadas como la del Papa León XIV con la familia Jerez, te invitamos a explorar más contenidos en DiasporaNica.com, el portal oficial de la genealogía nicaragüense en el mundo.
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